viernes, 10 de octubre de 2014

Viernes billetero

Los nuevos billetes, los antiguos, y los agujeros.
Ya han comenzado a circular los nuevos billetes de 10 euros. Están fabricados con más medidas de seguridad que los anteriores, con el fin de que sea más difícil su falsificación.

Y es que el invento del papel moneda vino acompañado ya desde sus inicios de la simultánea invención de sus falsificaciones. Los primeros billetes se imprimieron, como no, en China, allá por el siglo VII. Enseguida surgieron sus imitaciones (evidentemente, también en China).


Hasta el siglo XVII no llegaron a Europa, y pronto se convirtieron en instrumento fundamental de comercio entre las clases altas, aunque no caló entre el pueblo, que prefería algo más sólido y de valor más tangible como las monedas.

Cuando finalmente acabaron por popularizarse, los políticos descubrieron en ellos un excepcional canal de propaganda. Y así, sus anversos y reversos se llenaron de imágenes de los mandatarios de turno, para mayor gloria y ensalzamiento de los mismos.



Parece ser que a los detractores de los distintos caciques les venía de perlas pintarrajear los billetes y escribir en ellos mensajes subversivos, que alcanzaban así una extraordinaria difusión, anónima y gratuita. De ahí nació la ley de que cualquier inscripción que se haga en los mismos es considerado delito penal.

El problema surgía cuando había un cambio de gobierno. Había que imprimir nuevos billetes con la cara del nuevo mandatario e ir retirando los del antiguo tirano caído en desgracia.

Así le ocurrió, por ejemplo, a Mobutu Sese Seko. Este fue un dictador del Zaire, entre 1965 y 1997, que imprimió un montón de billetes con su cara. De éstos, gran parte apenas si veían la luz, ya que eran frecuentes las visitas al Banco de Zaire, tanto de Mobutu como de sus ministros, portando unas enormes sacas que hacían que los funcionarios las llenasen con los billetes recién imprimidos (quizá venga de aquí la expresión 'dinero negro').

No es de extrañar que, cuando Mobutu partió hacia el exilio, su fortuna fuese similar a la de todo el país que había gobernado. Y cuando el nuevo gobierno de Kabila pensó en imprimir billetes nuevos con la cara del nuevo dirigente, se encontraron con las arcas vacías, así que no había dinero para imprimir unos nuevos facsímiles.

Entonces alguien tuvo una idea brillante: hacer un agujero circular en el lugar donde estaba impresa la cara de Mobutu, y asunto arreglado. Así que fueron retirando los billetes, les hicieron el agujero, y los retornaron a la circulación.

Quizás por este problema, o por otros semejantes, la mayor parte de los países civilizados optaron por incluir como imágenes en los billetes a pintores, compositores, biólogos, escritores, religiosos, filósofos, navegantes, matemáticos. Gente con conducta intachable y fallecidos hace ya bastante tiempo.

Aunque también está la segunda opción, adoptada por la Unión Europea, mucho más práctica. Han decidido poner directamente un agujero, en forma de puertas y ventanas, a través de las que podemos dar un portazo a los malos gobernantes, o arrojarles al ostracismo por las ventanas, sin necesidad de estropear los billetes, como en Zaire. Para que luego digan que no aprendemos de nuestra Historia...



Espero que paséis un estupendo fin de semana, en algunos casos incluso puente (como en el reverso de los billetes de euros), con mucho papel moneda en el bolsillo, con agujeros o sin ellos. 



2 comentarios:

  1. ¿Las tarjetas negras esas de dónde salieron?

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  2. Las tarjetas de crédito fueron inventadas por los estadounidenses Alfred Bloomingdale y Frank McNamara en 1950. No creo que pasase más de un año para que alguien inventase un uso opaco de las mismas..

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