Grecia, cuna de la civilización. Patria de los filósofos Platón y Aristóteles, del gobernante Pericles, del poeta Homero con su Ilíada y su Odisea, de Alejandro Magno y sus conquistas, de Sófocles, Esquilo y Eurípides y sus tragedias, de Aristófanes y sus comedias, del matemático Pitágoras, de Arquímedes el físico, del médico Hipócrates, del geógrafo Ptolomeo, de los tiranos Dracón, Solón y Licurgo.
En sus polis o ciudades-estado convivían ciudadanos libres, metecos y esclavos, dorios, jonios, atenienses, espartanos, tebanos, eolios, aqueos y macedonios, unas veces en paz, disfrutando de su democracia y de sus juegos en Olimpia, y otras veces en guerra, bien entre ellos mismos, como en la del Peloponeso; bien frente a los troyanos o frente al imperio persa, como en las guerras Médicas, con batallas épicas tales como las de Salamina, Platea, Micala, o la del paso de las Termópilas.
Herederos de la cultura cretense o minoica, elevaron al máximo el ideal de belleza en las artes, con sus esculturas, templos y columnas, hasta alcanzar su cumbre con el helenismo que dominó gran parte del mundo conocido.
El otro día me tropecé por casualidad con un viejo libro de 6º de EGB que dormía olvidado en una estantería de casa de mis padres. Y, hojeándolo, di con el tema dedicado a los griegos.
Gran parte de nosotros tenemos la gran suerte de conocer todos y cada uno de estos aspectos de aquella magnífica cultura. Lo aprendimos con las enseñanzas de nuestros profesores, y con el apoyo de este libro de 288 páginas, con 21 temas, de los que uno de ellos trataba de esta fantástica civilización. 14 hojas dedicadas a Grecia, profusamente subrayadas, que tuvimos que aprendernos de memoria, y que podéis curiosear en esta página.
Independientemente del debate sobre la ideoneidad del aprendizaje memorístico y de que estos conocimientos los hemos ido refrescando a lo largo de nuestra vida, sin duda algunos de ellos aún proceden de lo que aprendimos aquellos días (con más o menos esfuerzo, con más o menos traumatización).
Esta es la reseña que hoy en día nuestros hijos habrán de aprender sobre el mundo griego en educación primaria: ‘Los griegos también eran navegantes y comerciantes del este del mediterráneo. Al igual que los fenicios, comerciaron con los íberos para obtener, fundamentalmente, metales. Con este fin establecieron colonias como Emporion (Ampurias) o Rode (Rosas).' Podéis ver el texto en la siguiente imagen:
Tres líneas de uno de los 12 temas del libro de ‘Conocimiento’
del Medio, de 215 páginas a todo color y con ilustraciones, que engloba
nuestras antiguas asignaturas de Ciencias Naturales y Ciencias Sociales.
Sin duda esta generación no está traumatizada por los
esfuerzos que les supone el aprendizaje en el colegio. Pero está bien claro que
les están tomando por tontos (dicen que no tienen capacidad para aprender más
cosas), y que indudablemente conseguirán que sean unos analfabetos en cultura
general (creen que no deben saber más cosas).
Les están privando de conocer de primera mano a todos estos
fantásticos personajes que vivieron hace más de 2000 años, y sin los cuales el
mundo no sería lo que es hoy en día. No les interesa que sepamos de dónde
venimos, de por qué somos como somos y cómo hemos llegado hasta aquí.
Además, y lamentablemente, esta comparativa se puede realizar en todas y cada una de las asignaturas que se imparten hoy en día (salvo quizás en la asignatura de inglés).
Y todos los esfuerzos en reformar la educación se centran en
si cambiar una hora de latín por una de matemáticas, si dar religión o
educación para la ciudadanía, si los conocimientos se deben impartir en
castellano, catalán, inglés o bable, o si los colegios deben estar concertados o desconcertados...
¿Qué hemos hecho para merecer todo esto?
En fin, que paséis un buen fin de semana. Y si rebuscáis
en vuestra estantería y encontráis algún libro de aquella época, seguro que pasaréis un rato extraordinario ojeándolo y reviviendo recuerdos de todo tipo.
Y para los más jóvenes, los 1000 años de historia griega condensados en un par de vídeos de poco más de dos minutos, para que no se cansen.
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