Los griegos eran unos idealistas. Nos legaron diversos conceptos etéreos como el arte, la música, la filosofía, el teatro, la democracia o las matemáticas. Estaban buscando permanentemente un ideal de belleza, y lo acabaron encontrando en los círculos y las esferas.
Todo lo verdaderamente importante tiene una forma circular o esférica: el Sol, la Luna, la Tierra, las monedas, los balones de fútbol... Nos referimos a que todo ha salido redondo, o hablamos de triunfos o negocios redondos, cuando creemos que todo ha concluido de forma inmejorable.
Los romanos eran más pragmáticos, y se ocupaban de temas más terrenales. Nos dejaron en herencia la justicia, las leyes, la administración, las obras públicas.
Gran parte de nuestras sociedades se basan en la organización jurídica de los romanos, bastante práctica, para que vaya todo rodado. Pero a veces las sociedades se paran, se estancan, comienzan a entrar en un círculo vicioso, a dar vueltas sobre sí mismas, cayendo en círculos concéntricos como en el infierno de Dante.
Entonces es cuando deviene necesario que alguien se niegue en redondo a que nos dejemos arrastrar por la inercia, y sea lo suficientemente valiente como para darle un buen patadón a nuestro mundo, para que comience nuevamente a rodar hacia el futuro.
Esta semana se nos murió la última persona que se atrevió a luchar contra el inmovilismo de nuestra sociedad. Esperemos que no tardemos mucho en conocer al siguiente idealista que se enfrente a este mundo dominado por el pragmatismo y la burocracia.
Que la Concordia romana y la Harmonía griega os acompañen este fin de semana!
Muchas gracias al blog por la información, me ha servido bastante para completar mis trabajos.
ResponderEliminarGracias por tu comentario. Suerte con tu trabajo!
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