Hoy es el octavo día del octavo mes. Una más que afortunada coincidencia que los chinos gustan de celebrar, ya que consideran este número como representante de la buena suerte y de la prosperidad, hasta tal punto que llegan a pagar astronómicas sumas de dinero por tener el dígito 8 en sus números de teléfono o en las matrículas de sus coches.
Así, como recordaréis, la ceremonia de apertura de los JJ.OO. de Beijing dio comienzo el día 08/08/2008 a las 8 horas, 8 minutos y 8 segundos.
Así, como recordaréis, la ceremonia de apertura de los JJ.OO. de Beijing dio comienzo el día 08/08/2008 a las 8 horas, 8 minutos y 8 segundos.
A mayor abundamiento sobre la relación de este número con el dinero, cabe decir que incluso el símbolo del dólar tiene su origen en él. Cuando EE.UU. se independizó, adoptó el peso español o ‘pieza de ocho’ como moneda oficial del país. Más tarde, el nombre de la moneda evolucionó al de ‘pillar dollar’, añadiéndose un pilar o columna al símbolo, y desapareciendo parte del trazo del ocho.
El ocho es un número singular. El símbolo matemático del infinito no es sino un ocho acostado, y esto no es fruto de la casualidad, dada la estrecha relación que une al ocho con la noche: ocho/noche, oito/noite, eight/night, acht/nacht, huit/nuit, otto/notte...
Además, el ocho está presente en otros muchos aspectos de la vida. En el arte, lo podemos encontrar en la novela ‘El ocho’ de Katherine Neville, en la película ‘Ocho apellidos vascos’, en el grupo musical ‘Eighth Wonder’ o en la notas de las octavas musicales.
Ocho es el número atómico del oxígeno, o el número de electrones que pueblan la segunda capa del átomo. Ocho son los peones que tiene cada jugador en el ajedrez, y ocho es el número que luce la bola negra del billar americano, la más decisiva de todas. Ocho tentáculos tiene el pulpo, y ocho patas tienen las arañas, así como ocho son los famosos renos de Santa Claus.
En cuanto al mes de Agosto, octavo del año, lleva este nombre en honor al emperador Augusto, ya que tras su muerte el Senado decidió cambiar el nombre del mes de Sextilis (en aquella época era el sexto mes) por el del césar romano.
Sin embargo, éste no era su verdadero nombre. Al nacer, recibió el nombre de Cayo Octavio Turino, y cuando le adoptó su tío abuelo Julio César (a la sazón, general de la VIII Legión de Roma, con la que conquistó Egipto y cruzó el Rubicón, entre otras gestas), pasó a llamarse Cayo Julio César Octaviano.
En realidad, en su época se le conoció como Octavio u Octaviano, hasta que en el 27 a.C. el Senado le otorgó el permiso de utilizar el sobrenombre de ‘Augusto’ (santo, majestuoso, venerable). Así que, en realidad, el mes debería llamarse Octavio y no Agosto, y hoy sería el ocho de Octavio.
Por entonces, éste era un nombre propio bastante común en Roma. Así, entre los Octavios famosos, encontramos a Octavius Mamilius, (curiosamente) séptimo y último rey de Roma, que fue muerto por Titus Herminius en el 496 a. C.
De hecho, en Roma, era muy frecuente el uso de nombres como Quintus, Sextus, Septimus, Octavius, Decimus, etc., aunque no se sabe con certeza si se estas denominaciones hacían referencia al número de orden de los hijos de un matrimonio, o más bien al mes del año en que la criatura había nacido.
En todo caso, espero que toda esta concentración de ochos que se produce este viernes, tanto por el numeral del día, como por el orden del mes y por el nombre del mismo, os proporcione abundante suerte durante todo el fin de semana.
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