jueves, 14 de mayo de 2015

Las personas importantes. Viernes VIP.

Mucha gente vive en una veloz carrera por entrar dentro de los círculos de personas importantes, muy importantes, muy muy importantes, y así hasta alcanzar el límite de su egolatría.
Hoy en día somos muy generosos en otorgar la calificación de importante a cualquier suceso. objeto o ser.

Es importante dormir bien, usar el cinturón de seguridad, la conservación de los ecosistemas, la lectura, el aceptarse a uno mismo, la inteligencia emocional, la educación, la familia, hacer ejercicio, el reciclaje, la comunicación no verbal, la alimentación saludable, ahorrar energía, la formación continua, estar bien hidratados, los ácidos omega-3, la vitamina C, participar en vez de ganar… e incluso hasta llamarse Ernesto.

No sólo las cosas o las ideas son importantes. También tenemos multitud de personas a las que consideramos importantes. Y es que todos los individuos son importantes en su sentido más amplio, todo el mundo posee influencia, valor o interés para alguien, o lo que es lo mismo, importa a un círculo más o menos amplio de gente.




La palabra importante proviene del participio importans, importantis del verbo latino importare, que significa llevar al interior, introducir, aportar adentro. Por eso hablamos que determinada cosa o persona nos importa, es decir, que aporta algo a nuestro interior.

Pero en la Baja Edad Media comenzó a utilizarse una acepción especial de la palabra, dentro del contexto de las argumentaciones. Acordaron en llamar importantes a aquellos datos o razonamientos valiosos y fundamentales que conferían cierta solidez y cohesión al tema o discurso.


Este significado más estricto es el que solemos aplicar cuando hablamos de aquellos que son importantes porque tienen mucha entidad o poder, porque destacan por su capacidad de amasar fortuna, o porque se dedican a la política, saben chutar balones, tienen una buena voz, o participan en concursos televisivos.

Parece que gran parte de la humanidad aspira a entrar en esa categoría de sujetos relevantes o importantes. De hecho, como hay tantas personas importantes, o que creen serlo, se ha creado una nueva categoría de individuos, las personas VIP, dentro de cuyo ámbito también todos aspiramos a incluirnos.


Así, nos encontramos con tiendas VIP, restaurantes VIP, pases VIP, salas VIP, camarotes VIP, y un largo etcétera VIP. VIP son unas siglas que en inglés significan Very Important Person (Persona Muy Importante), aunque este acrónimo no tiene precisamente un origen anglosajón.

VIP deriva de la expresión rusa Viesima Imenityïa Persony, un término que comenzó a utilizarse entre los aristócratas rusos que huían del régimen comunista y que, habiendo perdido sus privilegios nobiliarios, necesitaban significarse sobre el resto de mortales de alguna forma, a su llegada a Francia. Así, a partir de 1920 podemos encontrar ciertas ofertas para este colectivo VIP en sus pasajes de barco al Reino Unido.


En España hubo un intento de introducir un término parecido, con las salas π y la gente π (aquí el acrónimo pi significaría Persona Importantísima), pero parece que la idea no cuajó, quizás por nuestra singular alergia generalizada a los símbolos matemáticos.

No obstante, quedaban personas que todavía no se sentían satisfechas con esta calificación, así que no quedó más remedio que crear un nuevo concepto, las personas VVIP, esto es, las very very important person, un peldaño por encima de los VIP en el estatus social.


Y como incluso así quedaba gente escasamente complacida con su escalafón, quedó abierta la posibilidad de añadir más uves delante del acrónimo, de forma proporcional a la magnitud de su egolatría.

Ante toda esta sinrazón de personajes ‘importantes’, sólo queda mencionar aquí la acertada cita de Leon Tolstoi, también de carácter matemático, según la cual “Una persona es como una fracción cuyo numerador corresponde a lo que es, en tanto que el denominador es lo que cree ser; cuanto mayor es el denominador, tanto más pequeño es el valor de la fracción”.

Con esta fórmula, resulta muy sencillo calcular el verdadero valor de las personas, basta con observar su verdadera valía, y dividirlo entre el número de títulos autoconcedidos.


Espero que este fin de semana os rodeéis de circunstancias y seres muy importantes para vosotros. ¡Buen finde!






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