En su definición subyace una idea interesante, y es que la tristeza y el color azul están íntimamente ligados. Existen numerosas teorías al respecto, aunque la más atrayente es la que se basa en que el azul se relaciona con el color del agua de lluvia porque ésta se producía cuando el dios Zeus lloraba.
Pero donde ambos términos han encontrado una mejor fusión es en la música, en el género del blues. El blues nació entre los esclavos de las plantaciones norteamericanas. En este caso, tampoco está claro su origen. Hay quien defiende que los primeros blues eran mensajes que iban de plantación en plantación para trasmitir noticias entre los miembros de familias de esclavos que habían sido separadas en el viaje desde África. Otros sostienen que la canción surgía cuando alguno de los esclavos recibía una paliza, y quedaba ‘beaten, black and blues (golpeado, negro y con moratones). Otros establecen una relación con la planta azul índigo, frecuentemente utilizada en África para simbolizar el duelo tras la muerte de un familiar. Y hay quien lo atribuye a los ‘blue devils’ o diablos azules que la gente triste, melancólica o ebria afirmaba ver.
Desde sus orígenes, este género musical ha evolucionado notablemente, han surgido numerosas fusiones con otros ritmos, y nos ha dado estupendos artistas como B.B. King, Ottis Redding, John Lee Hooker, Bob Dylan o Eric Clapton.
Dado que ya hemos superado esta fatídica fecha del calendario, y que ahora todo sólo puede ir a mejor, debemos felicitarnos por ello y celebrarlo escuchando un ejemplo de esta magnífica música, para comenzar con buen ritmo este estupendo fin de semana, que a buen seguro tendréis.
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