Malos tiempos para la lírica, para mirar a los ojos de la gente, para hacer fiestas con los maniquíes, para coleccionar moscas, para bailar sobre tumbas.
Tiempos en que no sabemos muy bien quiénes somos, de dónde venimos ni adónde vamos.
Salvo al anochecer, cuando el camino de la cama se convierte en el mejor camino.
Y es que estar durmiendo siempre es mejor que estar dormido.
Espero que paséis un buen fin de semana, en el que los gerundios se impongan a los participios.
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