La luz y el conocimiento han estado siempre íntimamente ligados.
Hace unos nueve siglos, el mundo vivía sumido en la penumbra, y la mayor parte de la población era esclava de su ignorancia y de sus señores feudales.
Hasta que alguien inventó el arco ojival.
Con esta invención, las paredes de los edificios se llenaron de ventanales y vidrieras, y la luz llegó hasta los
scriptorium de los monasterios, donde todo el saber grecolatino dormía un oscuro y profundo sueño.
Se hizo la luz, llegó el Renacimiento y posteriormente el Siglo de las Luces. Con él se impusieron la razón y el conocimiento sobre las sombras, y los hombres se hicieron sabios y libres. Y pidieron que las cuentas fueran claras,
que los gobernantes fueran brillantes y que la justicia resplandeciera sobre todas las cosas.
Y fue entonces cuando a algún iluminado se le ocurrió que habíamos llegado demasiado lejos, y que era necesario
volver a los oscuros tiempos. Y aprovechando que estábamos en mitad de un túnel, nos cortaron la luz.
O mejor aún, nos la hicieron pagar bien cara.
Que paséis un extraordinario fin de semana, y que el día de Reyes se os ilumine la cara al ver los magníficos regalos
que a buen seguro os traerán los Reyes Magos.
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